¿Sabías que las cuchillas de afeitar tradicionales han vuelto a ponerse de moda?
En efecto, así es. El afeitado clásico tradicional, ese que siempre daba el barbero en los pueblos de nuestros padres, ha vuelto con fuerza a nuestros días, quizás por una mezcla de factores entre los que se encuentran la moda retro de rescatar cosas que se creían perdidas y los esfuerzos de un grupo de gente, cada vez más numeroso, por explicar los beneficios de este tipo de afeitado.
Efectivamente, el afeitado clásico tiene algunas ventajas. Algunas personas afirman tener problemas de irritación con las afeitadoras eléctricas debido al calor de la fricción que aplican estas sobre la piel. Otros usuarios también tienen problemas para hacer que su afeitado sea del todo apurado. Para esta gente, las cuchillas de afeitar clásicas pueden ser una solución.
Evidentemente, también hay que atener a sus inconvenientes: el afeitado clásico es mucho más lento, de hecho se parece mucho más a un ritual cuidadoso que no a un simple quehacer de nuestra rutina diaria. Al afeitarnos con una cuchilla de afeitar manual la técnica de afeitado cambia, hay que ser más cuidadoso para no hacernos cortes y hay que seguir unos pasos que, si te interesa conocer, compartiremos luego.
A quienes no les molesten estos inconvenientes descubrirán en el afeitado clásico una nueva forma de huir del estrés para relajarse y tomarse las cosas con calma, durante al menos 15 minutos diarios, además de reconectar con su esencia masculina.
Material necesario para el afeitado clásico
Pasaremos a continuación a enumerar el material y herramientas necesarias para este tipo de afeitado. Probablemente no los necesites todos, pero sí que son recomendables para un cuidado completo de la piel.
La brocha
Uno de los elementos más distinguibles de cualquier barbería. La brocha de afeitar es básicamente un cepillo que se utiliza para extender la espuma por toda la barba, con el objetivo de humedecerla y hacer más fácil (y seguro) el deslizamieno de la cuchilla.
Hay quien dice que, además, la brocha ejerce una acción exfoliante en la piel, abriendo los poros y, por lo tanto, dejando el vello mucho más blando y fácil de afeitar.
Las brochas pueden ser muy variadas, en función del origen de los pelos que la componen. Las hay de pelo de caballo, de pelo de cerda, pelo sintético y hasta pelo de tejón. Generalmente, se consideran las brochas con pelo de tejón como las más versátiles y que mejor van con cualquier tipo de pieles, mientras que las brochas de pelo de caballo son más blandas, ideales para pieles sensibles. Las sintéticas y las de cerda son las peores.


Jabón para espuma de afeitar
La brocha por sí sola no nos sirve de mucho. Su función es la de preparar y extender la espuma de afeitar por nuestra barba, y para ello se requiere un jabón específico para afeitado, o bien directamente una espuma de afeitar que podemos aplicar con las manos si es que hemos decidido prescindir de la brocha.
Los jabones y cremas de afeitado se han de mezclar usando la brocha en un bol o recipiente junto con un poco de agua (más o menos, en función del tipo de jabón). Este tipo de espuma “casera” es mucho mejor que la podemos comprar ya preparada en esos feos botes industriales, pues está hecha con productos naturales e hidratan mucho más la piel.
Algunos de estos jabones vienen con esencias para dejar un suave aroma en la cara; otros vienen con olores neutros. En cualquier caso tienes muchos donde elegir, aunque los de la marca Proraso gozan de muy buena fama entre los entusiastas del afeitado clásico.
Incluimos también en la selección un par de cuencos para preparar la espuma de afeitado.
Cuchillas de afeitar
Y por supuesto, llegamos al elemento estrella de un afeitado clásico: las cuchillas de afeitar.
De hecho, uno también puede afeitarse con una navaja barbera, pero lo desaconsejo fervientemente si nunca se ha usado una, ya que el estropicio que puedes provocar es considerable; mejor dejemos esta herramienta en manos de los barberos, que son quienes saben usarla.
Así pues, fijémonos en las cuchillas de afeitar. Estas consisten generalmente en una pieza de doble hoja de afeitado, es decir, que afeita por los dos extremos, y va montada en una maquinilla de afeitar de las tradicionales.
A la hora de comprar una maquinilla tradicional, quédate con marcas de reconocido prestigio como la alemana Mühle o la británica Edwin Jagger. Las maquinillas pueden diferenciarse también en el tipo de peine: un peine cerrado da mayor seguridad al ofrecer seguridad contra los cortes, ideal para principiantes, mientras que las de peine abierto están indicadas para afeitarse barbas muy frondosas, ya que los dientes del mismo guian el pelo para que la cuchilla pueda cortarlo de forma más eficaz.
Algo bueno de las maquinillas de afeitar tradicionales frente al resto de afeitadoras eléctricas, incluso respecto de las navajas barberas, es que no requieren mantenimiento, pues es suficiente con cambiar la cuchilla de doble hoja cuando percibamos que esta ha perdido eficacia.
Los packs de 100 cuchillas Astra, que son de muy buena calidad, cuestan poco más de 10 euros, así que ya ves que los recambios de las cuchillas de afeitar son muy baratos. Una cuchilla suele durar entre 3 y 5 afeitados, así que con este pack de 100 cuchillas tendrías mínimo para unos 300 afeitados, casi un año completo de afeitados diarios.


After Shave y cortasangres
Finalmente, el After Shave, la loción que aplicamos al terminar el afeitado para calmar la piel y cicatrizarla de las microscópicas erosiones producidas en la piel durante el afeitado.
Entre los entusiastas del afeitado clásico triunfa mucho la piedra de alumbre, con propiedades astrigentes y que también se utiliza como desodorante, y con algunas ventajas respecto a los “After Shave de bote”: una sola piedra puede durar varios años y es realmente barata. ¿Su modo de uso? Tan simple como pasarla por la piel con la cara mojada, dejar que actúe un minuto y, a continuación, aclararnos con agua.
Para los menos románticos, siempre quedará el After Shave de bote, el que puedes comprar en la droguería de tu barrio. Una de las mejores y más populares lociones es la de la marca Floïd. Proraso también tiene After Shaves de buena calidad, y los de Lucky Tiger y Pinaud Clubman también tienen mucho prestigio.
Por último, quizás te convenga un cortasangres para los primeros afeitados, por lo que pueda pasar. Estos actúan a modo de pegamento, cerrando la pequeña herida. Basta con un poco de agua, pasadas unas horas, para que este “pegamento” se diluya y la piel quede como si no hubiese pasado nada.


Pasos para un afeitado clásico
Una vez vistas las herramientas que necesitas para un afeitado clásico, veamos cómo es el proceso:
- Pon en remojo la brocha, mejor si es con agua caliente. Déjala en remojo hasta que los pelos de la brocha queden reblandecidos. Mientras, es buena idea mojar en agua caliente una toalla y cubrirte la cara con ella para ir reblandeciendo la barba.
- Después ya puedes preparar la espuma, mezclando la crema o jabón de afeitar con unas gotas de agua, batiendo con la brocha hasta que la espuma quede lo más densa posible. + info en este enlace
- Aplícate la espuma por toda la zona de afeitado. Muchos recomiendan hacer movimientos circulares con la brocha para ejercer una acción exfoliante, pero si ves que esta forma de proceder te irrita la piel, basta con que apliques la espuma con movimientos laterales de la brocha.
- Una vez bien espumada tu barba, llega la hora de usar las cuchillas de afeitar, previamente montadas en las maquinillas. Emplea pasadas lentas y suaves, hasta que le cojas el punto. En la zona de barbilla y el cuello es casi seguro que tengas que estirar la piel con los dedos y pasar la cuchilla a contrapelo para que este quede rasurado.
- En general suelen ser necesarias tres pasadas, una en el sentido del crecimiento del pelo, otra en el sentido contrario y otra transversal. En cualquier caso, cada piel y cada pelo es un mundo, puede que tú necesites más, o puede que necesites menos.
- Al terminar, lávate con agua, esta vez mejor si es fría, para cerrar los poros. Si tienes una piedra de alumbre, pásatela con la cara aún mojada. A continuación sécate con una toalla, sin frotar.
- Con la cara seca ya puedes aplicarte el After Shave: te mojas con las manos con la loción y te masajeas la zona que te has afeitado.
- Aclara la hoja de la maquinilla de afeitar y sécala, pues de lo contrario se oxidará muy pronto. Si la cuidas bien, una cuchilla puede darte para 4 o 5 afeitados. Haz lo propio con la brocha, y cuélgala boca abajo para que se seque.